Hoy celebramos la memoria de los Fieles Difuntos. Aquellos que caminaron antes y con nosotros en este camino hacia Dios que es la vida del hombre. Recordamos este escrito de D. Ciriaco Benavente, nuestro Obispo:
"Estos días nuestros cementerios reciben las visitas de miles de personas que, ante los restos de los seres queridos, entrarán en comunión con ellos por el recuerdo, el afecto y la plegaria. A los cristianos esos restos nos recuerdan que quienes los habitaron fueron miembros vivos de Cristo y templos del Espíritu Santo, y que por Él han de ser resucitados y glorificados para la vida eterna. Pascal estaba convencido de que Dios no abandona jamás a los suyos, ni siquiera en el sepulcro. Llegó a decir que el Espíritu Santo reposa invisiblemente en las reliquias de los que han muerto en comunión con Dios, hasta que aparezcan transformados y gloriosos en la resurrección.
Será una saludable meditación pensar que El Hijo de Dios asumió un cuerpo como el nuestro, capaz de sufrir y de morir, que experimentó en carne propia ese desgarro total, ese dolor indecible que ha hecho derramar tantas lágrimas, el absoluto despojo que son la muerte y la sepultura. Pero la muerte de Cristo, el punto más hondo de su entrega, su noche más larga y más oscura, acabó en un radiante amanecer. La resurrección es la página más brillante escrita por Dios en nuestra historia y la más decisiva para nosotros mismos: "Porque si nuestra existencia está unida a Él en una muerte como la suya, lo estará también en una resurrección como la suya".
Será una saludable meditación pensar que El Hijo de Dios asumió un cuerpo como el nuestro, capaz de sufrir y de morir, que experimentó en carne propia ese desgarro total, ese dolor indecible que ha hecho derramar tantas lágrimas, el absoluto despojo que son la muerte y la sepultura. Pero la muerte de Cristo, el punto más hondo de su entrega, su noche más larga y más oscura, acabó en un radiante amanecer. La resurrección es la página más brillante escrita por Dios en nuestra historia y la más decisiva para nosotros mismos: "Porque si nuestra existencia está unida a Él en una muerte como la suya, lo estará también en una resurrección como la suya".
Descansen en Paz.
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