Iniciamos hoy el camino cuaresmal que nos preparará a la celebración de la Pascua del Señor. En este itinerario espiritual, la Iglesia nos sostiene con la escucha de la Palabra de Dios, que encierra un programa de vida espiritual y de penitencia, y con los Sacramentos: Eucaristía y Reconciliación, sobre todo.
Es un momento adecuado para reflexionar con esperanza sobre nuestra vida y retomar el camino hacia la felicidad. Cuando uno se encuentra de verdad con Jesucristo, la vida necesariamente cambia: no es un cambio obligado, simplemente se pone en su sitio. Y la vida, lo repito, se llena de ALEGRÍA. Ser cristiano es ser alegre.
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