Después de unos días de "merecidas" vacaciones en casa, donde hemos podido descansar y poner la mirada en el Portal de Belén junto al Niño-Dios, volvemos a nuestros quehaceres. Los exámenes han empezado en la Universidad y en el Seminario, ya se ven en el horizonte. No hay que desanimarse: todavía es NAVIDAD.
Quiero compartir con vosotros la oración de un sabio para hacer del estudio un rato de encuentro con el SEÑOR:
¡Oh, inefable creador nuestro,
con los tesoros de tu Sabiduría distribuiste
todo el universo con suma elegancia!
Tú, Señor,
que eres la verdadera fuente de luz y de Sabiduría
y el soberano prinicipio de todo,
dígnate infundir sobre las tinieblas de mi entendimiento
el rayo de tu claridad,
removiendo de mí las dos clases de tieneblas en que he caído:
el pecado y la ignorancia.
Dame agudeza para entender,
capacidad para retener,
método y facultad para aprender,
sutileza para interpretar,
gracia y abundancia para hablar.
Dame acierto al empezar,
dirección al progresar
y perfección al acabar. Amén.
Santo Tomás de Aquino
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