miércoles, 7 de marzo de 2012

...a vosotros, pastores y presbíteros, consagrados y consagradas...


Es un texto del año 1997 fruto de un Congreso en Roma. Merece la pena leerlo...

...Siempre con la esperanza en el corazón nos dirigimos a vosotros, sacerdotes, y a vosotros, consagrados y consagradas, en la vida religiosa y en los institutos seculares. Quienes habéis oído una particular llamada para seguir al Señor en una vida totalmente dedicada a El, estáis, también, particularmente llamados, todos sin excepción alguna, a testimoniar la belleza del seguimiento.

Sabemos cuán difícil es hoy esta propuesta y cuán halagadora la tentación del desaliento cuando el trabajo parece inútil. « La pastoral vocacional constituye el ministerio más difícil y más delicado ».(3) Pero también querríamos recordar que no hay nada más a propósito que un testimonio apasionado de la propia vocación para hacerla atractiva. Nada es más lógico y coherente en una vocación que engendrar otras vocaciones, lo que os convierte, con todo derecho, en « padres » y « madres ». En particular, querríamos con este documento dirigirnos no sólo a quien tiene la tarea explícita de la promoción vocacional, sino también a quien no tiene un empeño directo en ella, o a quien cree no tener ninguna obligación al respecto.

Quisiéramos recordaros que sólo un testimonio coral hace eficaz la animación vocacional, y que la crisis vocacional va unida, ante todo, a la falta de responsabilidad de algún testimonio que hace débil el mensaje. En una Iglesia toda vocacional, todos son animadores vocacionales. Dichosos vosotros, si sabéis decir con vuestra vida que servir a Dios es hermoso y satisfactorio, y descubrir que en El, el Viviente, se esconde la identidad de cada viviente (cfr. Col 3,3).

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