Alrededor del cordero de Dios se eleva el hosanna del pueblo: aquellos que instan a la multitud alabándolo con una sola y misma confesión de fe: "Hosanna al hijo de David! (21,9 Mt) Ya en este elogio se hace eco el coro de los Santos que canta: "La salvación es de nuestro Dios que está sentado en el trono y del Cordero". (Ap 7.10) Él va allí todos los días donde dará su enseñanza final (Lc 20,47). Es aquí donde va a consumar el sacramento de la Pascua judía, observada fielmente hasta entonces. Él mismo dará la Pascua nueva a los suyos cuando, saliendo del Monte de los Olivos, será puesto a prueba por sus enemigos y crucificado al día siguiente. Como cordero Pascual, llevado hoy al lugar cercano de su pasión y cumpliendo la profecía de Isaías: "como oveja, llevada al matadero, como un cordero ante el esquilador" (53,7).
Cinco días antes de su pasión, quiere llegar a la ciudad; Esto demuestra que él es el cordero inmaculado, que viene a quitar el pecado del mundo (Jn 1,29); Es el cordero Pascual, que inmolado, libera al nuevo Israel de la esclavitud de Egipto (Ex 12); Es cinco días antes de su pasión, cuando sus enemigos deciden su muerte de manera irreversible. Hoy, esto significa que nos canjea a todos por su sangre (Ap 5,9); Hoy, en la alegría y júbilo de un pueblo que lo rodea y que lo aclama, entra en el templo de Dios (Mt 21.12). El «mediador entre Dios y los hombres, el hombre Cristo Jesús» (1Tm 2.5) sufrirá por la salvación del género humano: es por esto por lo que descendió del cielo a la tierra, y ahora quiere acercarse al lugar de su pasión. Así será evidente para todos que él va a sufrir la pasión por su propia voluntad, no a la fuerza.
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