lunes, 26 de julio de 2010

EL SECRETO DE LA VOCACIÓN ESTÁ EN LA ORACIÓN


Hace poco me habéis preguntado: ¿cómo se puede reconocer la llamada de Dios? Y bien, el secreto de la vocación está en la capacidad y en la alegría de distinguir, escuchar y seguir su voz. Pero para hacer esto, es necesario acostumbrar nuestro corazón a reconocer al Señor, a sentirle como una Persona que está cerca de mí y me ama. Como dije esta mañana, es importante aprender a vivir momentos de silencio interior en el día a día para ser capaces de escuchar la voz del Señor. Estad seguros de que si uno aprende a escuchar esta voz y a seguirla con generosidad, no tiene miedo de nada, sabe y siente que Dios está con él, con ella, que es Amigo, Padre y Hermano. Dicho en una palabra: el secreto de la vocación está en la relación con Dios, en la oración que crece precisamente en el silencio interior, en la capacidad de escuchar que Dios está cerca. Y esto es verdad tanto antes de la decisión, en el momento, es decir, de decidir y de partir, como después, si se quiere ser fieles y perseverar en el camino. San Pedro Celestino fue ante todo esto: un hombre de escucha, de silencio interior, un hombre de oración, un hombre de Dios. Queridos jóvenes: encontrad siempre un espacio en vuestras jornadas para Dios, ¡para escucharle y hablarle! (...) Quien le sigue no tiene miedo ni siquiera de renunciar a sí mismo, a su propia idea, porque "quien tiene a Dios, nada le falta", como decía santa Teresa de Ávila.

martes, 6 de julio de 2010

ORDENACIÓN SACERDOTAL


Como muchos sabéis, los seminaristas de la diócesis compartimos nuestra formación con los de la diócesis de Orihuela-Alicante, donde estudiamos. El pasado sábado, 3 de julio, pudimos acompañar a dos hermanos nuestros, que recibieron de manos de su obispo la ordenación sacerdotal.
Es un motivo de alegría para todos. Para ellos y su diócesis, son dos nuevos trabajadores para esa porción de mies. Para los demás, son un recuerdo de que Dios sigue llamando a jóvenes dispuestos a entregar su vida por amor a Él y en servicio de los demás.
Desde este blog, queremos felicitar una vez más a los neo-presbíteros, y agradecer a todos los que han hecho posible que ellos y otros muchos jóvenes den pasos tan importantes para la vida de la Iglesia.