miércoles, 28 de diciembre de 2011

NUEVO DIÁCONO

Estamos de enhorabuena!!!! El Señor sigue haciendo maravillas, y aquí, en la Diócesis de Albacete, ha estado grande con nosotros. Ayer celebramos la Ordenación diaconal de Juan Iniesta, presidida por Mons. D. Ciriaco Benavente, Obispo de nuestra Diócesis.

Os damos a todos las gracias, y pronto subiremos al blog el testimonio del Neo-diácono. Mientras tanto, os dejamos algunas de las imágenes de la celebración, que podéis bajaros desde la ventana "fotografías" que ya hemos actualizado...





domingo, 25 de diciembre de 2011

FELIZ NAVIDAD

No podemos empezar de otra manera la Navidad que con las palabras que nos ha pronunciado el Santo Padre en la Misa de medianoche de la solemnidad de la Natividad del Señor:

Dios se ha manifestado. Lo ha hecho como niño. Precisamente así se contrapone a toda violencia y lleva un mensaje que es paz. En este momento en que el mundo está constantemente amenazado por la violencia en muchos lugares y de diversas maneras; en el que siempre hay de nuevo varas del opresor y túnicas ensangrentadas, clamemos al Señor: Tú, el Dios poderoso, has venido como niño y te has mostrado a nosotros como el que nos ama y mediante el cual el amor vencerá. Y nos has hecho comprender que, junto a ti, debemos ser constructores de paz. Amamos tu ser niño, tu no-violencia, pero sufrimos porque la violencia continúa en el mundo, y por eso también te rogamos: Demuestra tu poder, ¡oh Dios! En este nuestro tiempo, en este mundo nuestro, haz que las varas del opresor, las túnicas llenas de sangre y las botas estrepitosas de los soldados sean arrojadas al fuego, de manera que tu paz venza en este mundo nuestro.


Si queréis la homilía entera:
http://www.vatican.va/holy_father/benedict_xvi/homilies/2011/documents/hf_ben-xvi_hom_20111224_christmas_sp.html

viernes, 23 de diciembre de 2011

Ya se acerca el Salvador!!!

Casi ha llegado la hora. Compartimos con vosotros las palabras del Santo Padre, en la audiencia del 21 de diciembre, que nos ponen en disposición de acoger al Señor...
Queridos hermanos y hermanas:
En la sociedad actual, donde por desgracia las fiestas que se avecinan están perdiendo progresivamente su valor religioso, es importante que los signos externos de estos días no nos alejen del significado genuino del misterio que celebramos. A saber: el Verbo de Dios se ha hecho carne y ha puesto su morada entre nosotros. Vivamos, por tanto, con gozo este hecho maravilloso. El Eterno ha entrado en los límites del espacio y el tiempo para hacer posible que hoy nos encontremos con Él. Dios está cerca de cada uno de nosotros y desea que lo descubramos, para que con su luz se disipen las tinieblas que encubren nuestra vida y la humanidad. Vivamos asimismo la Navidad contemplando con fervor el camino del inmenso amor de Dios, que nos atrae hacia Sí a través de la encarnación, pasión, muerte y resurrección de su Hijo. Sobre todo, vivamos este misterio en la Eucaristía, verdadero eje de la Navidad. En ella se hace realmente presente Jesús, Pan bajado del cielo y Cordero sacrificado por nuestra salvación.

sábado, 17 de diciembre de 2011

DOMINGO IV de Adviento


Anuncio de la encarnación del Señor

La liturgia no tiene preocupaciones cronológicas. Lo que le importa es introducirnos en la contemplación del misterio. Por eso en este domingo ha querido centrar nuestra mirada en tres mensajes que anuncian que el hijo de Dios toma carne en el seno de una Virgen:

·         El ángel enviado a José nos informa que el niño que recibirá los nombres simbólicos de Jesús y de Enmanuel (“Dios salva” y “Dios con nosotros”) ha sido concebido por obra del Espíritu Santo.
·         El ángel que saluda a María de parte de Dios recibe su consentimiento para comenzar la obra de la redención.
·         Isabel, llena del Espíritu Santo, proclama la presencia del Señor en el seno de María.

La Iglesia, como María llena de fe y de humildad, confiesa “haber conocido, por el anuncio del ángel, la encarnación del Hijo de Dios”, y canta:

“Cielos, destilad el rocío;
nubes, derramad la justicia;
ábrase la tierra y brote el Salvador”.

El misterio es inmenso, ha estado “mantenido en secreto durante siglos eternos, y, manifestado ahora en la Sagrada Escritura, ha sido dado a conocer por decreto del Dios eterno”. Por eso, la Iglesia abre el libro de la Palabra de Dios y nos invita a guardar todo esto y a meditarlo en el corazón (Lc 2,19.51). Y así, después de oír el anuncio de los tres mensajeros, lee la profecía de Isaías acerca de la virgen que da a luz al Enmanuel, y la de Natán a David sobre la duración eterna de su Reino, y la de Miqueas, que dice dónde nacerá el Mesías. Completa la meditación de las profecías antiguas con la reflexión apostólica (San Pablo) que no sólo se ocupa de los orígenes históricos de Jesús, Hijo de David e Hijo de Dios, sino también del mensaje de salvación que este misterio entraña. Pues Cristo, al hacer su entrada en el mundo, se dispuso a ofrecerse en sacrificio redentor para santificar a todos los hombres.

Pero la Iglesia no sólo nos hace meditar en el misterio de la encarnación, sino que, además nos introduce en él de una manera sacramental gracias a la acción del Espíritu Santo en la eucaristía. En efecto, entre la encarnación y el misterio eucarístico existe un maravilloso paralelismo, que no ha escapado a la inspiración de la plegaria litúrgica. Precisamente en este domingo, en que la Iglesia se concentra en el acontecimiento que se produjo en María por obra del espíritu Santo, ha de decir el sacerdote la siguiente oración sobre las ofrendas:

“El mismo Espíritu, que cubrió con su sombra y fecundó con su poder las entrañas de la Virgen Madre, santifique, Señor, estos dones que hemos colocado sobre tu altar”.

La plegaria se sirve de las mismas delicadas imágenes empleadas por el ángel en la anunciación, que muestran a María como el nuevo tabernáculo del Altísimo al acoger en su seno la presencia divina del Hijo de Dios. El Espíritu Santo desciende también sobre los dones eucarísticos para transformarlos en el cuerpo y sangre de Cristo para hacer de aquellos que los reciban una sola cosa con el Señor. La acción santificadora del Espíritu, que realizó la encarnación y efectúa el misterio eucarístico, llega de este modo a los que comulgan con el Verbo encarnado hecho alimento. Los que celebran la encarnación del Hijo de Dios se convierten, también ellos, en portadores de Cristo al completar su participación litúrgica en el misterio por medio de la recepción de la eucaristía.

Por eso, su modelo perfecto será María, virgen creyente, como la llamó Pablo VI en la exhortación Marialis cultus, porque “concibió creyendo” y “llena de fe concibió a Cristo en su mente antes que en su seno” (San Agustín). La Iglesia se identifica con María en el Adviento porque ella lo supo “esperar con inefable amor de Madre”:

“El mismo Señor nos conceda ahora prepararnos con alegría al misterio de su nacimiento, para encontrarnos así, cuando llegue, velando en oración y cantando su alabanza” (pref. II de Adv.).

jueves, 15 de diciembre de 2011

La esencia de la Navidad

Cada día que avanzamos en el camino del Adviento es un día menos que nos queda para recibir al Emmanuel, al Dios con nosotros.
Sirva este vídeo para calentar motores, para recordarnos qué celebramos en estos días que se avecinan.
¡¡Menudo regalo nos está esperando a la vuelta de la esquina!! ¿Lo quieres? ¡Cógelo!

http://www.youtube.com/watch?v=yXmqMFmwd50

sábado, 10 de diciembre de 2011

DOMINGO III de Adviento


Invitación a la alegría: 

“Está en medio de vosotros”

Nuevamente el protagonista del Adviento es Juan el Bautista, el testigo de la luz (Jn1, 7-8). Los evangelios de este domingo recogen su testimonio atento a los signos de la llegada de los tiempos mesiánicos descritos por los profetas. Sin embargo, tradicionalmente este domingo ha estado dedicado a la alegría en la mayor parte de las antiguas liturgias. Es el domingo Gaudete (alegraos), nombre tomado de la primera palabra del canto de entrada de la misa y de la epístola del día:

“Hermanos: estad siempre alegres en el Señor; os lo repito, estad alegres. Que vuestra mesura la conozca todo el mundo. El Señor está cerca” (Flp 4,4-5)

He aquí el motivo de la alegría: la proximidad de la fiesta del nacimiento del Señor. El sacerdote, que en este día puede cambiar el color morado de sus ornamentos por el color rosa pálido, lo expresa también en la oración:

“Está viendo, Señor, cómo tu pueblo espera con fe el nacimiento de tu Hijo; concédenos llegar a la Navidad, fiesta de gozo y salvación, y poder celebrarla con alegría desbordante”.

La alegría es la respuesta al gran anuncio que ha hecho Juan el Bautista: “En medio de vosotros está uno que no conocéis, el que viene detrás de mí, que existía antes que yo y al que no soy digno de desatarle la correa de la sandalia”.

El resto de los textos del domingo insisten en las actitudes de los que están a la espera del Señor, sin que falte la amonestación a la penitencia “para salir con corazón limpio a recibir al rey supremo”.

Y es que el sacramento del cuerpo y de la sangre de Cristo perfecciona la obra de la penitencia. Por eso en la oración sobre las ofrendas se ruega al Señor “que lleve a cabo en nosotros la obra de la salvación que ha querido realizar por este sacramento” (Flp 1,6).

viernes, 9 de diciembre de 2011

ESTUVIMOS EN ALCARAZ

 

El pasado fin de semana . dos de los seminaristas mayores visitamos a modo de campaña, las localidades de Alcaraz y Los Chospes de nuestra diócesis.

En ese tiempo compartimos buenos y divertidos momentos con su Párroco D. Antonio Abellán, que fue mostrándonos la realidad de esta parte de la Sierra albaceteña. En su casa nos acogió y ciertamente estuvimos como en la nuestra.

Aunque no todas las actividades que teníamos previstas pudieron por fin desarrollarse, pasamos el sábado con una actividad vertiginosa: por la mañana tras la Misa en el Convento, fuimos invitados por las Hermanas Franciscanas de la T.O.R a desayunar. Una vez terminado el desayuno compartimos con ellas un largo rato de animada charla en el locutorio, en la que las 16 monjas fueron contándonos experiencias vividas. Compartieron con nosotros, la inquietud que viven ante la falta de vocaciones. Antes de despedirnos, prometimos rezar unos por otros, para que el Señor siga enviando obreros/as a su mies.

A las doce nos trasladamos al Santuario de Ntra. Sra. De Cortes, donde compartimos el resto de la mañana, la comida y la sobremesa con jóvenes de Los Chospes que se preparan para la Confirmación. Llama la atención que en una población tan pequeña
( unos 150 habitantes) exista un grupo de confirmación de 16 jóvenes. Aprovechamos para dar la enhorabuena al Párroco por los frutos conseguidos y al Señor por la bendición que suponen para la Iglesia este grupo.

Una vez terminado el encuentro nos dirigimos hacia la localidad de los Chospes, donde participamos en la Eucaristía, para después dirigirnos a Alcaraz donde en la monumental Iglesia de la Trinidad de celebró una hermosa Eucaristía en la que tuvimos la oportunidad de ofrecer nuestro testimonio vocacional.

Ya en la casa del Cura, por la noche, compartimos la cena con tres amigos del Pueblo. Una velada muy agradable para terminar un fin de semana de esos que te dejan la certeza de que merece la pena ser discípulo del Señor para los demás.

En estos encuentros con la futura tarea, es donde los seminaristas nos medimos las fuerzas y las ganas, las ilusiones y los miedos. Gracias Señor por elegirnos para esta hermosa tarea.

sábado, 3 de diciembre de 2011

DOMINGO II de Adviento


El heraldo grita: “Preparad el camino”

En el espíritu de la expectación gozosa de la última venida del Señor resuena hoy la voz del que grita en el desierto, el heraldo que va delante: Juan el Bautista: “Preparad el camino del Señor, allanad sus senderos” (evangelio).
Y el sacerdote completa esta explosión festiva con la oración en nombre de todo el pueblo: “Señor todopoderoso, rico en misericordia; cuando salimos animosos al encuentro de tu Hijo, no permitas que lo impidan los afanes de este mundo; guíanos hasta él con sabiduría divina para que podamos participar plenamente del esplendor de su gloria”.

Juan el Bautista aparece en este domingo como la señal de la llegada de la salvación de Dios. Con este domingo entramos en la historia: loa anuncios mesiánicos empiezan a cumplirse, las aspiraciones de la humanidad a realizarse. Hoy se escuchan estas decisivas palabras: “Comienza el evangelio de Jesucristo, el Hijo de Dios”. Y es que la llegada del Reino de Dios se produjo cuando Juan el Bautista empezó a predicar la conversión y la penitencia. Figura enigmática y gigante, profeta movido por el Espíritu profético, llama a un bautismo en señal de penitencia, porque detrás de él viene el que bautizará con Espíritu Santo y fuego.

Las lecturas apostólicas son, en cambio, una reflexión sobre el día de Dios, que dará paso a los cielos nuevos y a la tierra nueva, sin olvidar que este día designa, ante todo, el de la manifestación gloriosa del Señor al fin de los tiempos; también puede pensarse, dentro del marco de la liturgia, en la próxima solemnidad del nacimiento de Cristo, en la que se conmemora la venida en nuestra carne. Cristo Jesús es, en efecto, el esperado, el renuevo brotado del tronco de Jesé, portador, de una paz universal.

Será preciso creer el anuncio y confiar en la Palabra del Señor. Así, la Iglesia, como María, podrá cantar la grandeza de Dios y escuchar esta felicitación: “¡Dichosa tú, María, que has creído!, porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá”.

sábado, 26 de noviembre de 2011

DOMINGO I de Adviento

“El Señor viene”

La espera vigilante de la Iglesia, actitud que aparece constantemente en este domingo, hace que desde el comienzo del Adviento los creyentes dirijan sus mirada a Dios: “A ti, Señor, levanto mi alma; Dios mío, en ti confío; no quede yo defraudado”.

En la oración colecta de la misa se pide al Padre que “avive en los fieles el deseo de salir al encuentro de Cristo acompañados por las buenas obras”.

La Iglesia, acompañada por el Espíritu Santo, ha entablado un diálogo con su Esposo: “¡Ven, Señor Jesús!”. –“Sí, voy en seguida” (Ap 22,17-20).

Los evangelios de este domingo han sido sacados de la parte final del discurso escatológico de Jesús e insisten sobre la vigilancia que exige el retorno inesperado del Hijo del hombre. Son llamadas a la esperanza que se unen también a la vigorosa exhortación de San Pablo a la vida moral y a la práctica de las obras de la luz. Conducta moral que se basa en la espera escatológica, del mismo modo que la fidelidad y la perseverancia se apoyan en la perspectiva de la manifestación del Señor, para que, cuando venga con todos sus santos, podamos presentarnos ante él sin dolor y sin reproche.

Para que todo esto se haga realidad, el cristiano tiene los sacramentos, especialmente la eucaristía, prenda de salvación eterna. Por eso, la celebración de la misa se cierra este domingo con la súplica de que “fructifique en nosotros… para descubrir el valor de los bienes eternos y poner en ellos nuestro corazón”.

EL ADVIENTO. Estructura y Domingos

Estructura actual del Adviento

Forma una unidad con la Navidad y la Epifanía, del mismo modo que la Cuaresma desemboca en el Triduo Pascual y de él arranca la cincuentena festiva de Cristo resucitado, el Adviento culmina en la solemnidad del Nacimiento del Señor, la cual abre, a su vez, el tiempo de Navidad-Epifanía. En los dos casos es una fiesta la que hace de eje tanto del periodo que la antecede como del que la sigue: Pascua de Resurrección y Pascua de Navidad, como popularmente se designa a la segunda gran celebración anual del año cristiano.
Adviento, Navidad y Epifanía están unidos en torno al misterio de la manifestación del Señor en nuestra condición humana. Por eso, aunque el Adviento de alguna manera parece alejarse de la conmemoración de la primera venida de Jesús, el advenimiento histórico, sin embargo, está todo él iluminado por la luz que irradia el Verbo hecho carne. Incluso la expectación de la última venida de Cristo se apoya en la esperanza que brota de la certeza de la primera; de ahí que el recuerdo de la preparación que precedió a la llegada del Mesías en el Antiguo Testamento sea imagen de nuestro Adviento cristiano.
Esta realidad es la que ha configurado la actual estructura de este tiempo litúrgico. La reforma realizada después del Concilio Vaticano II ha querido precisar bien el doble sentido del Adviento en cuanto a la espera de la última venida de Cristo y la preparación de la Navidad:
“El tiempo del Adviento tiene una doble índole: es el tiempo de preparación para las solemnidades de Navidad, en las que se conmemora la primera venida del Hijo de Dios a los hombres, y es, a la vez, el tiempo en el que por este recuerdo se dirigen las mentes hacia la expectación de la segunda venida de Cristo al fin de los tiempos. Por estas dos razones, el Adviento se nos manifiesta como tiempo de una expectación piadosa y alegre” (NUALC 39 = normas universales sobre al año litúrgico y el calendario).
Según la tradición de la liturgia romana, esta alegre expectación se desarrolla a lo largo de cuatro semanas, cuyo soporte, como en todos los tiempos litúrgicos, son los domingos. El Adviento da comienzo en las primeras vísperas del domingo que cae el 30 de noviembre o en el más próximo a este día, y acaba antes de las primeras vísperas de Navidad, es decir, hacia la mitad del día 24 de diciembre. La misa y el Oficio divino de todos estos días están impregnados del espíritu que se desprende de los dos grandes motivos que se celebran. Sin embargo, se advierte una acentuación mayor del aspecto de la espera escatológica en las dos primeras semanas y una más fuerte atención a la próxima Navidad en las dos restantes, especialmente a partir del día 17 de diciembre.
Puede hablarse, por tanto, de dos momentos en la celebración del Adviento. En la primera parte se especial relieve a los aspectos escatológicos del encuentro con el Señor, y en la segunda se leen los hechos que precedieron inmediatamente al nacimiento del Salvador.
Las ferias desde el 17 al 24 de diciembre, incluyendo el domingo IV de Adviento, que cae siempre en uno de estos días, son conocidas como las de la “O”, porque durante ellas las antífonas del Magníficat empiezan con la exclamación Oh: ¡Oh Sabiduría! ¡Oh Adonai! ¡Oh renuevo del tronco de Jesé!, etc. Es también la semana de las anunciaciones de Juan el Bautista y de Jesús, a causa de la lectura evangélica, que las recoge en citados días.

Los Domingos de Adviento

El Adviento es el tiempo de los vaticinios mesiánicos y de la esperanza de la Iglesia. Por eso, si en todo tiempo litúrgico las lecturas de la Sagrada Escritura nutren abundantemente la celebración de la misa y del Oficio divino, en el Adviento adquiere un particular relieve el Leccionario bíblico, el cual se centra en las profecías y anuncios del nacimiento de Jesús, de los tiempos mesiánicos y del retorno del Señor al final de la historia. El Leccionario de Adviento presenta a Cristo como el que ha prometido volver entre los suyos, para que éstos se mantengan en tensión de espera y en vigilancia. Pero al mismo tiempo nos dice que ese Cristo es el que cumplió las promesas de los antiguos profetas hechas a los padres, depositadas después en el anuncio a unos personajes especialmente vinculados al nacimiento del Salvador: Zacarías e Isabel, José, Juan el Bautista y María.
Existen unas coincidencias y unas líneas de fondo comunes a todos los domingos de Adviento, líneas que son determinantes de la unidad temática y espiritual propia de cada uno.
Cada misa tiene una primera lectura profética, tomada preferentemente del profeta Isaías, una segunda, apostólica, de las cartas de San Pablo en la mayor parte de los casos, y un evangelio que, siguiendo la regla de utilizar un sinóptico para cada uno de los años del ciclo, está tomado de Mateo en el ciclo A, de Marcos (complementado con Juan y Lucas) en el ciclo B, y de Lucas en el ciclo C. Naturalmente es la lectura evangélica la que polariza el contenido de cada uno de los domingos.
Por eso, cada domingo tiene un tema específico propio en cada uno de los tres años del ciclo de lecturas:
·         La vigilancia en la espera del Señor (dom. I)
·         La urgencia de la conversión en los avisos de Juan el Bautista (dom. II)
·         El testimonio del Precursor (dom. III)
·         El anuncio del nacimiento de Jesús (dom. IV)
Por otra parte, la liturgia conjuga las dos grandes líneas del Adviento, la que se refiere a la espera escatológica y la que nos prepara para la celebración de la Navidad, aun cuando pone el acento en una durante la primera parte del Adviento y en otra durante la segunda. Un ejemplo de esta manera de proceder lo tenemos en el prefacio I de Adviento, cuya parte central dice:
“… por Cristo nuestro Señor.
Quien, al venir por vez primera
en la humildad de nuestra carne,
realizó el plan de redención trazado desde antiguo
y nos abrió el camino de la salvación;
para que, cuando venga de nuevo
en la majestad de su gloria,
revelando así la plenitud de su obra,
podamos recibir los bienes prometidos,
que ahora, en vigilante espera, confiamos alcanzar”. 

EL ADVIENTO. Introducción y orígenes




Vamos a compartir con vosotros este nuevo tiempo que nos propone la Iglesia para vivir el Misterio: el Adviento, y para ello nos hemos ayudado del libro "El año litúrgico" de Julián López Martín, que además, os recomendamos. Trataremos de ir profundizando durante estas semanas. Esperamos que os sea de ayuda en vuestras Comunidades ...




EL ADVIENTO
“Anunciamos la venida de Cristo; pero no una sola, sino también una segunda, mucho más magnífica que la anterior” (S. Cirilo de Jerusalén).

Durante el curso de un año, la Iglesia nos hace entrar en contacto con cada uno de los misterios de la vida de Cristo para actualizar en nosotros la obra de la salvación. El año litúrgico recorre los distintos momentos de la existencia terrena del Hijo de Dios desde la encarnación hasta la subida a los cielos y la expectación de la última venida, según las propias palabras del Señor: “Salí del Padre y vine al mundo, de nuevo dejo el mundo y me voy al Padre” (Jn 16,28).
Este círculo o ciclo recorrido por Cristo en aquel tiempo (Gál 4,4; Ef 1,10) para llevar a cabo la redención del hombre es objeto de sagrado recuerdo y celebración por la comunidad cristiana en los distintos tiempos litúrgicos del año del Señor. Y del mismo modo que Cristo descendió de los cielos hasta las profundidades de la muerte en la cruz para desde ella ascender, resucitado y glorioso, junto al Padre, así también la Iglesia reproduce en nosotros, por medio de los sacramentos, ese descenso a la muerte para resucitar con Cristo a la nueva vida (Rm 6,3-4; Col 3,1-4), que alcanzará toda su perfección en la gloria eterna.
El ciclo del Señor, llamado también Propio del tiempo, comienza el domingo I de Adviento y termina con la semana que sigue a la solemnidad de Jesucristo, Rey del Universo. Domingo tras domingo, semana tras semana, día tras día y hora a hora, Cristo actualiza su obra salvadora en el tiempo, entregándose a su Esposa la Iglesia para santificarla y presentarla ante sí sin mancha ni arruga, sino santa e inmaculada (Ef 5,26-27).

Orígenes del Adviento

El Adviento que hoy nos ofrece el Misal (=Leccionario y Oracional de la misa) y la Liturgia de las Horas es el punto de llegada, después de una reforma litúrgica que ha respetado substancialmente la estructura de este tiempo en la liturgia romana, de un período muy poco definido en los orígenes en cuanto a su finalidad y sentido espiritual. Es un tiempo litúrgico propio de las liturgias occidentales, pero con notables diferencias entre ellas en cuanto a la duración y a los contenidos.
Quizás nace a finales del s. IV entre España y la Galia, en las cuales había un tiempo preparatorio de la Navidad de carácter ascético que comprendía seis semanas. En Roma se desconoce la preparación de la Navidad antes del s. VII, que es cuando puede hablarse de este tiempo litúrgico. As Témporas del mes de diciembre han tenido un significado independiente de la preparación navideña. Los formularios de misas de los antiguos sacramentarios no estaban destinados a preparar la Navidad, sino a recordar la última venida de Cristo al fin de los tiempos, un tema muy oportuno para el final del año. Por otra parte, adviento (del latín adventus) significa venida, llegada, pero con los matices de presencia (en griego: parousía = parusía) y manifestación o epifanía (Mt 24,27)
Por tanto, el Adviento, antes de ser un periodo de preparación para la Navidad, ha conmemorado la parusía. Pero ¿de qué manera y en qué momento estos domingos de la expectación de la última venida de Cristo se convierten en un tiempo de preparación de la Navidad? No se sabe, pero es posible que la cercanía de la solemnidad del nacimiento del Señor terminase por impregnar de su contenido a las semanas previas, del mismo modo que la fiesta de Pascua lo hizo con la Cuaresma. Por otra parte, es muy posible también que la celebración de la esperanza en la última venida del Señor se configurase de acuerdo con la espera histórica del Mesías en el Antiguo Testamento. El hecho es que el Adviento de la liturgia romana quedó marcado por las dos significaciones: el recuerdo de la última venida y la preparación para la Navidad.

sábado, 19 de noviembre de 2011

JESUCRISTO REY DEL UNIVERSO


Desde la antigüedad se ha llamado Rey a Jesucristo, en sentido metafórico, en razón al supremo grado de excelencia que posee y que le encumbra entre todas las cosas creadas. Así, se dice que:
  • reina en las inteligencias de los hombres porque El es la Verdad y porque los hombres necesitan beber de El y recibir obedientemente la verdad; 
  • reina en las voluntades de los hombres, no sólo porque en El la voluntad humana está entera y perfectamente sometida a la santa voluntad divina, sino también porque con sus mociones e inspiraciones influye en nuestra libre voluntad y la enciende en nobles propósitos;
  • reina en los corazones de los hombres porque, con su supereminente caridad y con su mansedumbre y benignidad, se hace amar por las almas de manera que jamás nadie —entre todos los nacidos— ha sido ni será nunca tan amado como Cristo Jesús.

Sin embargo, es evidente que también en sentido propio y estricto le pertenece a Jesucristo como hombre el título y la potestad de Rey, ya que del Padre recibió la potestad, el honor y el reino; además, siendo Verbo de Dios, cuya sustancia es idéntica a la del Padre, no puede menos de tener común con él lo que es propio de la divinidad y, por tanto, poseer también como el Padre el mismo imperio supremo y absolutísimo sobre todas las criaturas.

Que Cristo es Rey lo confirman las Sagradas Escrituras.

En el Antiguo Testamento, por ejemplo, adjudican el título de rey a aquel que deberá nacer de la estirpe de Jacob; el que por el Padre ha sido constituido Rey sobre el monte santo de Sión y recibirá las gentes en herencia y en posesión los confines de la tierra.
Además, se predice que su reino no tendrá límites y estará enriquecido con los dones de la justicia y de la paz: "Florecerá en sus días la justicia y la abundancia de paz... y dominará de un mar a otro, y desde el uno hasta el otro extrema del orbe de la tierra".
O también aquellas palabras de Zacarías donde predice al "Rey manso que, subiendo sobre una asna y su pollino", había de entrar en Jerusalén, como Justo y como Salvador, entre las aclamaciones de las turbas, ¿acaso no las vieron realizadas y comprobadas los santos evangelistas?

En el Nuevo Testamento, se halla presente desde el momento de la Anunciación del arcángel Gabriel a la Virgen, por el cual ella fue advertida que daría a luz un niño a quien Dios había de dar el trono de David, y que reinaría eternamente en la casa de Jacob, sin que su reino tuviera jamás fin.
El mismo Cristo, luego, dará testimonio de su realeza, pues ora en su último discurso al pueblo, al hablar del premio y de las penas reservadas perpetuamente a los justos y a los réprobos; ora al responder al gobernador romano que públicamente le preguntaba si era Rey; ora, finalmente, después de su resurrección, al encomendar a los apóstoles el encargo de enseñar y bautizar a todas las gentes, siempre y en toda ocasión oportuna se atribuyó el título de Rey y públicamente confirmó que es Rey, y solemnemente declaró que le ha sido dado todo poder en el cielo y en la tierra.

Pero, además, ¿qué cosa habrá para nosotros más dulce y suave que el pensamiento de que Cristo impera sobre nosotros, no sólo por derecho de naturaleza, sino también por derecho de conquista, adquirido a costa de la redención? Ojalá que todos los hombres, bastante olvidadizos, recordasen cuánto le hemos costado a nuestro Salvador, ya que con su preciosa sangre, como de Cordero Inmaculado y sin tacha, fuimos redimidos del pecado. No somos, pues, ya nuestros, puesto que Cristo nos ha comprado por precio grande; hasta nuestros mismos cuerpos son miembros de Jesucristo.

jueves, 17 de noviembre de 2011

Seguimos haciendo amigos


Os presentamos un blog que añadimos a nuestros enlaces:


Jóvenes Universitarios de la diócesis de Orihuela-Alicante.

sábado, 5 de noviembre de 2011

CURSILLOS DE CRISTIANDAD Y PROYECTO RAQUEL


Dos acontecimientos importantes sucederán en los próximos días en nuestra Diócesis, ambos están relacionados con la vocación cristiana.

El primero son los cursillos de Cristiandad, que hace unos años se recuperaron: los que los han vivido, cuentan verdaderas maravillas de su “reencuentro” con Dios. Están dirigidos a jóvenes y mayores, especialmente a aquellos que han perdido la viveza de la fe y sienten que sus vidas están vacías. Para llenarse del Señor, nada mejor que estos cursillos. Seguramente tú también pienses que últimamente tu fe no es como antes, que vivir en esta sociedad secularizada que intenta apartar a Dios y a su Iglesia a patadas del panorama, ha afectado a tu ser cristiano. No lo dudes, te aseguramos que, si participas en estos cursillos, estarás agradecido para siempre. También son válidos para todos los que participan activamente en la vida cristiana y parroquial, pero quieren tener unos días de paz con el Señor. ¡No os lo penséis¡, merece la pena. Seguro que Cristo tiene guardada una Palabra para ti. Serán del 10 al 13 de Noviembre en la Casa Diocesana de Ejerciciós.

Infórmate en el Obispado de Albacete en el 967-214-478.

Por otra parte nuestra Iglesia de Albacete, se acerca a todas aquellas personas que han abortado y viven este drama en soledad. Por eso el sábado día 12 a las 10 de la mañana , en la Parroquia de la Resurrección, tendrá lugar una charla coloquio del “Proyecto Raquel”.

El “Proyecto Raquel” es una organización diocesana compuesta por una red de sacerdotes, psicólogos y psiquiatras y consejeros especialmente formados para ofrecer una atención individualizada a las mujeres después de un aborto
Basado en el Sacramento de la Reconciliación, el Proyecto Raquel fue planeado como un esfuerzo integral que combina lo espiritual y lo psicológico.

Aquí os dejamos su web para más información:

http://www.proyecto-raquel.com/

No dejéis de asistir, pues siempre hemos de estar preparados para dar respuestas.

jueves, 3 de noviembre de 2011

Clarisas de Villarrobledo


Os dejamos un nuevo enlace:

http://clarisas-villarrobledo.blogspot.com


Han creado este nuevo espacio para dar a conocer a Santa Clara y acercarnos al Señor, porque "El Hijo de Dios se ha hecho para nosotros camino" como nos recuerda la Santa.

Además nos lanzan un reto: "Y tú ¿a quién sigues? ¿Hacia dónde te diriges?"


Celebramos el VIII centenario de Santa Clara y nuestras hermanas se han puesto a trabajar y han organizado un ciclo de conferencias:

Dia 5 de octubre a las 18:00
"Clara y el SI que da sentido a la vida"

Esperamos que podáis asistir y disfrutéis del blog....

miércoles, 2 de noviembre de 2011

TODOS LOS FIELES DIFUNTOS


Ayer recordábamos la fiesta de todos los Santos, los que ya gozan del Señor. Hoy recordamos a los que se purifican en el Purgatorio, antes de su entrada en la gloria. El Purgatorio es la mansión temporal de los que murieron en gracia hasta purificarse totalmente. "es el noviciado de la visión de Dios", dice el P. Fáber.

Es el lugar donde se pulen las piedras de la Jerusalén celestial. Es el lazareto en que el pasajero contaminado se detiene ante el puerto, para poder curarse y entrar en la patria.

Pero en el Purgatorio hay alegría. Y hay alegría, porque hay esperanza; en él sólo están los salvados. Santa Francisca Romana tuvo un día una visión de este lugar y dijo: "esta es la mansión de la esperanza".

Es una esperanza con dolor: el fuego purificador. Pero es un dolor aminorado por la esperanza. La ausencia del amado es un cruel martirio, pues el anhelo de todo amante es la visión, la presencia y la posesión. Si las almas santas ya sufrieron esta ausencia en la tierra. -"que muero porque no muero", clamaba Sta. Teresa de Jesús-, mucho mayor será el hambre y sed y fiebre de Dios que sientan las almas ya liberadas de las ataduras corporales.

Las almas del Purgatorio ya no pueden merecer. Pero Dios nos ha concedido a nosotros el poder maravilloso de aliviar sus penas, de acelerar su entrada en el Paraíso. Así se realiza por el Dogma consolador de la Comunión de los Santos, por la relación e interdependencia de todos los fieles de Cristo, los que están en la tierra, en el cielo o en el Purgatorio. Con nuestras buenas obras y oraciones -nuestros pequeños méritos- podemos aplicar a los DIFUNTOS los méritos infinitos de Cristo.

Ya en el Antiguo Testamento -en el segundo libro de los Macabeos- vemos a Judas enviando una colecta a Jerusalén para ofrecerla como expiación por los muertos en la batalla. Pues, dice el autor sagrado, "es una idea piadosa y santa rezar por los muertos para que sean liberados del pecado".

Los paganos deshojaban rosas y tejían guirnaldas en honor de los difuntos. Nosotros debemos hacer más. "un cristiano -dice San Ambrosio- tiene mejores presentes. cubrid de rosas, si queréis, los mausoleos pero envolvedlos, sobre todo, en aromas de oraciones".

De este modo, la muerte cristiana, unida a la de Cristo, tiene un aspecto pascual: es el transito de la vida terrena a la vida eterna.


Oremos hoy especialmente por todos ellos. Demos gracias a Dios por sus vidas, por lo que nos enseñaron...

sábado, 29 de octubre de 2011

Primera Oración vocacional

Viernes 28 de octubre. Primera Oración vocacional del curso 2011-2012.

Fue un regalo. 30-35 personas. Presidiendo el Señor Sacramentado y la cercanía de nuestro obispo D. Ciriaco y nuestro rector D. Pedro. Gracias a todos.

Compartimos con vosotros la Lectio que nos ayudó anoche a profundizar en quién es Jesús para nosotros. Esperamos que disfrutéis como lo hicimos nosotros...

Lectio Divina de Mateo 16,13-20

Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo

Leemos Mateo 16,13-20

En aquel tiempo, 13 llegó Jesús a la región de Cesarea de Felipe y preguntaba a sus discípulos:

- ¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?

14 Ellos contestaron:

- Unos que Juan Bautista, otros que Elías, otros que Jeremías o uno de los profetas.

15 Él les preguntó:

- Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?

16 Simón Pedro tomó la palabra y dijo:

- Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo.

17 Jesús le respondió:

- ¡Dichoso tú, Simón, hijo de Jonás!, porque eso no te lo ha revelado nadie de carne y hueso, sino mi Padre que está en el cielo.

18 Ahora te digo yo: Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder del infierno no la derrotará. 19 Te daré las llaves del reino de los cielos; lo que ates en la tierra quedará atado en el cielo, y lo que ates en la tierra quedará desatado en el cielo.

20 Y les mandó a los discípulos que no dijeran a nadie que él era el Mesías.

Meditamos la Palabra

Si el Maestro me pregunta hoy sobre la opinión que la gente, los hombres y mujeres de nuestro tiempo tienen sobre él, escucharía ciertamente las respuestas más variopintas y variadas: algunos, muchos, no han oído hablar de él; a otros les ha llegado la noticia, pero parece que no les interesa; para muchos probablemente Jesús es un personaje histórico famoso, un líder, un idealista, un reformador, un Jesús Superstar...

También podría haber la consoladora respuesta de muchos para los que Jesús es el Señor, el Dios de sus vidas, el tesoro escondido y precioso por el que van dando gota a gota su vida, la respuesta a sus interrogantes, el Maestro Camino, Verdad y Vida, la suprema razón de su existir...

Pensando en todo esto, me siento en actitud orante ante el Maestro divino, medito su Palabra y le escucho ahora la pregunta más directa y personal: ¿Quién soy yo para ti? Tú, ¿quién dices que soy yo?

Antes de responder, le pido al Espíritu que también yo, al igual que Pedro, abra el oído y el corazón a la revelación del Padre que susurra muy dentro la respuesta que agrada a Jesús, respuesta de una fe no aprendida de memoria, sino vivencial: «¡Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo!»

Siento que la respuesta viene de dentro de mi ser, que no puede ni debe ser una simple respuesta fruto de una búsqueda racional, leída en los libros, ni tampoco una respuesta fruto del esfuerzo de mi voluntad, “de la carne y de la sangre”. La fe es siempre y sólo don gratuito del Padre de todo don.

La acojo con humilde y profunda actitud de alabanza y acción de gracias. Y siento que el Maestro también recibe mi respuesta con el mismo gozo que le produjo la adhesión de la “gente sencilla”. Y a mí, como a Pedro y a todo creyente, el Señor me llama dichosa, bienaventurada. Sí, como a María, la Virgen Madre, también nos dice: “¡Dichosa tú que has creído!”.

Con la conciencia y el gozo de esta bienaventuranza, en la Iglesia, edificada sobre Pedro, yo también siento que estoy llamada a ser, por gracia, “piedra viva”.

Y, en obediencia y comunión filial con Pedro y con sus sucesores, creo que, en fuerza del Bautismo y de los sacramentos, yo también poseo las “llaves” de la caridad, de la oración, del don de ser instrumento sencillo de liberación, de pacificación, de amor y perdón para todo hermano y hermana, para las mujeres y hombres que Dios pone en mi camino.

Pedro y sus sucesores han recibido “las llaves”, la autoridad del “primado” de la autoridad al servicio del Reino, para la salvación de todos. En dimensión esencialmente distinta, pero también real, todo bautizado está llamado a “atar y desatar” por el poder que nos da el Señor Jesús a través de los Sacramentos y del don de su Espíritu. Realizamos esta misión mediante la oración de intercesión, la caridad y el perdón de corazón hacia todos, la entrega generosa, el servicio. Un servicio a la liberación más ambicionada: conseguir que, en cuanto pueda depender de mí, de nosotros, todos lleguen a “la libertad plena de los hijos de Dios”.


viernes, 21 de octubre de 2011

JOSE JUAN: " HAY QUE PONERSE A TIRO"


Estamos convencidos: la JMJ ha sido una bendición para la Iglesia Universal, pero muy especialmente para la Iglesia de España. La oración de tantos jóvenes y mayores y las experiencias vividas en Madrid han sido el detonante de nuevas vocaciones al sacerdocio y a la vida cristiana comprometida. José Juan Vizcaíno Gandía, es un joven de la Parroquia “Santiago Apóstol” de Montealegre del Castillo (Albacete). Tiene 23 años y es licenciado en Historia. Él es uno de los tres jóvenes que han decidido entrar a nuestro Seminario este curso. Aunque su vocación ha sido largamente meditada, sabemos que la JMJ ha servido de acicate para dar el paso. Está todavía deshaciendo maletas y conociendo el inmenso edificio que alberga el Seminario de Orihuela (donde nuestros seminaristas se forman), pero saca unos minutos para atender nuestras preguntas.

José Juan, nos toca comenzar con la pregunta de obligado cumplimiento : ¿Cómo surge tu vocación y qué te lleva a descubrirla?

Desde muy pequeño ya me sentía llamado a ser sacerdote. Aunque lo negaba públicamente , algo en mi interior me llamaba al sacerdocio. Fue un día en Misa: Al ver salir al sacerdote dije entre mí: algún día llegaré a ser cura. Pero entonces el mundo y sus tentaciones actuaron y me apartaron del camino.
Llegado el momento de dejar el instituto para proseguir estudios, la opción del sacerdocio seguía viva en mí, pero una vez más, tentado por el mundo comencé mis estudios en la licenciatura de Historia.


¿Por qué decides entrar en el Seminario?

La decisión estaba tomada tiempo atrás. Podría destacar dos momentos importantes…
Ya en el segundo curso de los estudios universitarios me di cuenta de que realmente no me llenaba el estudio de Historia. Me preguntaba a menudo qué es lo que haría al terminar la carrera. Tras mucho reflexionar y rezar, decidí que terminaría mis estudios universitarios y después comenzaría los Estudios Eclesiásticos.

Hubo un segundo momento : En esta decisión, y sin saberlo él, tuvo mucho que ver mi párroco : En una de las homilías que pronunció durante la celebración de la novena en honor a mi Patrona, la Virgen de Consolación, habló sobre la vocación al sacerdocio y las distintas respuestas. Parecía que estuviera describiendo a la perfección lo que yo sentía, y en sus palabras vi con claridad que realmente el Señor me daba signos de llamada al sacerdocio.

Han pasado cuatro años desde la toma de la decisión y he de decir que varias veces me he visto muy tentado a no entrar, pero decidí ser valiente y afrontar la situación, respondiendo plena y afirmativamente a la llamada del Señor.


¿Qué esperas de estos años de formación?

Sinceramente de estos años espero no sólo la formación académica para desempeñar nuestro trabajo de pastores y sacerdotes, sino una formación humana, espiritual, de vida comunitaria… en resumen: una formación integral que me ayude a servir con empeño a la Iglesia representada en las distintas comunidades a las que el Obispo me quiera enviar una vez recibido el don, el regalo inmerecido de la ordenación, si Dios así lo quiere.
Afronto estos años de estudio con una gran ilusión y esperanza.

¿Qué le dirías a todas las personas que todavía no han tomado una opción clara en su vida?

Pues le diría en primer lugar que tiene que “ponerse a tiro” del Señor. Es difícil en esta sociedad del mp, del móvil, del portátil…, el tener el silencio necesario para escuchar la voz de Dios. Hay que buscar momentos de oración, poner la vida en manos del Señor en esos momentos y después fiarse, dar el gran salto en el trampolín que nos lleva a una felicidad completa y segura, porque el Señor no se arrepiente: Llama y da los medios para poder responder a la llamada. Le diría que no tenga miedo. Que sea como sea (vida consagrada, matrimonio cristiano , sacerdocio), el Señor le está llamando a la felicidad y a la plenitud.


Dejamos a José Juan abriendo cajas, colocando libros en la estantería. Se queda con una sonrisa en la cara, en una cara que nos habla ya de una alegría que viene con total seguridad de Dios.
Le deseamos suerte y fortaleza para dar los pasos que el Señor le pida. A vosotros, lectores de este blog, os pedimos que pidáis al Señor por él y por los otros siete seminaristas de Albacete, a los cuales iremos conociendo un poco mejor en próximas entradas.

lunes, 17 de octubre de 2011

TIEMPO DE FE

En la mañana del domingo 16, en el marco de un fin de semana dedicado a la Nueva Evangelización (que tanto tiene que decirnos en nuestra Diócesis, como refleja el nuevo Plan de Pastoral), Benedicto XVI hacía dos importantes anuncios.
Por un lado, anunciaba la convocatoria de un "año de la fe" (recientemente hemos vivido el año paulino, y el año sacerdotal), que comenzará el 11 de octubre del año próximo, coincidiendo con el 50 aniversario del inicio del Concilio Vaticano II. Será un año que nos ayude a profundizar en ese importantísimo aspecto en la vida de cada cristiano.


Para prepararnos a ello, el Papa culmina su "trilogía" sobre las virtudes teologales. Al inicio de su pontificado, nos regaló la Encíclica "Deus caritas est", y unos años después, nos invitaba a dejarnos guiar de la esperanza cristiana con su "Spe salvi". Pues bien, ahora se ha cerrado el ciclo con una carta apostólica con forma de "motu proprio", bajo el nombre de "Porta fide". Podéis encontrar el texto íntegro en el siguiente enlace. Como suele ocurrir con Benedicto XVI, su mensaje no tiene desperdicio, y su claridad facilita la lectura de un mensaje no demasiado largo... En un par de ratos, cae. ¡Ánimo, que merece la pena empaparse de estas cosas!

domingo, 9 de octubre de 2011

Vuelven las oraciones vocacionales


Ya estamos en marcha!!!! Y aunque os iremos contando cosillas y avisando de los encuentros que vayamos teniendo, como primicia, y antes de que se publique, os subimos el cartel con las VIGILIAS DE ORACIÓN POR LAS VOCACIONES de este año en la Catedral de Albacete.

Estáis todos invitados a venir, y los que nos leéis desde más lejos, rezad esos días junto a nosotros, organizad alguna oración también por las vocaciones y compartidla con nosotros: zapatuki@yahoo.es

Gracias

miércoles, 28 de septiembre de 2011

BIENVENIDA AL NUEVO CURSO

Comienza un nuevo año académico, el 2.011-2.012. El tiempo vuela, y después de este periodo de vacaciones en el que, quien más y quien menos, todos hemos variado nuestra actividad cotidiana, llega el momento de re-emprender nuestro día a día. Comienza un año cargado, una vez más, de ilusiones renovadas. Y no es que queramos hablar apoyándonos en tópicos. Es que las ilusiones, realmente se renuevan. Hay novedades significativas. Este verano hemos participado en la multitudinaria Jornada Mundial de la Juventud de Madrid, y en alguna otra cosilla (campamentos, convivencias, etc) en las que hemos tenido la oportunidad de encontrarnos con muchos de vosotros, y saber que estáis ahí, como sabemos que la Pastoral Vocacional en Albacete no camina sola, que tiene el apoyo de muchísimas personas detrás.
Comienza un año en el que podemos decir con enorme alegría que el número de seminaristas (que sabemos que no es, ni mucho menos, el único baremo, pero es un medidor importante de la "salud" de nuestra diócesis) aumenta. Un año en el que el poso dejado por los encuentros de verano (destacar otra vez la JMJ) va a dar muchos frutos. Un año en el que pretendemos mantener viva la presencia de la Pastoral Vocacional en la vida diocesana, continuando y fomentando actividades que sabemos bien que pueden hacer mucho por ayudar a que la semilla del Reino siga creciendo.
Volvemos a caminar juntos en una dirección: la que nos marca Cristo y nos conduce a Él. El que más nos puede colmar de felicidad (y una vez más, no es un tópico, que los que lo habéis experimentado así sabéis cuánta verdad hay en estas palabras). Un año en el que el Señor nos vuelve a regalar la oportunidad de reunirnos, de compartir, de celebrar los grandes acontecimientos que, como florecillas que empiezan crecer al borde del camino, nos ayudan a ver lo hermoso que es seguir confiando en que como Dios, nadie, y que como Él nos quiere, incluso con nuestros defectillos y errores, nadie nos querrá.
Comienza un año en el que estamos dispuestos a dar lo que haga falta para que todos, vosotros, nuestros lectores asiduos, y nosotros, seminaristas y gente próxima a la pastoral vocacional, todos, veamos de verdad cómo responder a la pregunta que encabeza este blog (ese "¿qué quieres de mí?" que resuena en tantos oídos) es el camino hacia la felicidad por medio del amor y la entrega a los demás.
Sólo nos queda pediros un favor. ¡¡Hacednos trabajar!! Nuestra vida tiene sentido sólo si transparenta la de Cristo. Exigidnos que hagamos eso, ayudadnos a hacerlo, hacedlo con nosotros, porque cuanto más presente esté Cristo y su Evangelio en este mundo, más cerca estaremos de alcanzar todo aquello que podamos soñar como la mayor de nuestras metas: la felicidad más plena.
¡¡Feliz curso 2.011-2.012!!

miércoles, 7 de septiembre de 2011

VIRGEN DE LOS LLANOS

Hoy asistiremos, un año más, al impresionante desfile de carrozas que cerrará la imagen de la Santísima Virgen de los Llanos. Entronizada su imagen en el corazón del recinto ferial, recibirá la visita de miles de albacetenses. Y es que Albacete celebra, a la vez, la fiesta de la Virgen y la Feria; o la Feria en honor de la Virgen de los Llanos. Albacete no sería lo que es sin su Feria, porque algo fundamental faltaría a su identidad. Pero seguramente la Feria tampoco sería lo que es sin la Virgen de los Llanos, a cuya sombra creció. El día 8, en la S.I. Catedral celebraremos la fiesta litúrgica en su honor. Y el domingo, día 11, miles de albacetenses expresarán con flores el cariño que sienten por su Madre y Patrona.

He dicho muchas veces que hay pocas cosas con tanto encanto como un pueblo en fiestas, sobre todo si la fiesta es entorno a la Santísima Virgen. Cuando esto acontece, aunque las circunstancias nos hayan hecho distintos o la vida nos haya dispersado por los cuatro puntos cardinales, como ha sucedido en tantas familias nuestras en tiempos todavía cercanos, el encuentro con la Madre vuelve a refrescar en la memoria del corazón nuestra condición de hijos y por tanto de hermanos. Esa es la alegría más grande de las madres: contemplar reunidos a los hijos. María, por ser Madre, siempre hace familia, hace pueblo y hace Iglesia. Esperemos que la exuberancia de luces, colores y sonidos que es la Feria no haga pasar desapercibida la presencia de la Virgen en su imagen de los Llanos.

Las madres sufren cuando hay hijos que lo pasan mal. Y en Albacete hay muchos hijos que lo están pasando mal por falta de trabajo y de recursos. Que el exceso no se convierte en ofensa para los que no tienen; que la alegría no nos haga olvidar a los que sufren. Es lo que nos pide nuestra Madre de los Llanos.

La fiesta va unida a la alegría, al don de vivir, a la gratuidad, a la participación, a la acogida del otro. No hay fiesta en soledad ni en mera utilidad. Si falta el motivo, la fiesta se queda en euforia provocada, en fiesta artificial, tan sin sustancia que a la postre sólo nos deja la frustración y el amargo sabor de la resaca.

Feliz Feria a todos los albacetenses y cuantos en esos días nos visiten. Que la Santísima Virgen de los Llanos bendiga todos.

Ciriaco Benavente
Obispo de Albacete

jueves, 25 de agosto de 2011

San José de Calasanz


Dedicado a mi Hermanito!!!!!

Fundador de los Escolapios. Año 1648. Nuestro santo fue sepultado un 26 de agosto del año 1648. Nació en Aragón, España, en 1556, hijo del gobernador de la región.

Su padre deseaba que fuera militar, pero los religiosos que lo instruyeron en su niñez lo entusiasmaron por la vida sacerdotal, y pidió que le dejaran hacer estudios eclesiásticos. Desde muy pequeño su gran deseo era poder alejar el mal y el pecado de las almas de los demás.

Su padre deseaba que José fuera el heredero administrador de sus muchos bienes y riquezas. Pero en una gravísima enfermedad, el joven le prometió a Dios que si le concedía la curación, se dedicaría únicamente a trabajar por la salvación de las almas. El joven curó de la enfermedad, y entonces el papá le permitió cumplir su promesa, y fue ordenado sacerdote. Ya antes se había graduado de doctor en la universidad de Alcalá.

Cargos importantes. Como tenía fama de gran santidad y de mucha sabiduría, el señor obispo le fue concediendo puestos de mucha responsabilidad. Primero lo envío a una región montañosa donde la gente era casi salvaje y muy ignorante en religión. Allá, entre nieves y barrizales y por caminos peligrosos, se propuso visitar familia por familia para enseñarles la religión y el cambio total.

Renuncia a todo. Pero él sentía una voz en su interior que le decía: "¡Váyase a Roma! ¡Váyase a Roma!" Y en sueños veía multitudes de niños desamparados que le suplicaban se dedicara a educarlos. Así que renunciado a sus altos puestos, y repartiendo entre los pobres las grandes riquezas que había heredado de sus padres, se dirigió a pie a la Ciudad Eterna.

Educador de los pobres. En Roma se hizo socio de una cofradía que se dedicaba a enseñar catecismo a los niños y se dio cuenta de que la ignorancia religiosa era total y que no bastaba con enseñar religión los domingos, sino que era necesario fundar escuelas para que los jovencitos tuvieran educación e instrucción durante la semana.

En ese tiempo los gobiernos no tenían ni escuelas ni colegios, y la juventud crecía sin instrucción. Se reunió con unos sacerdotes amigos y fundó entonces su primera escuela en Roma. Su fin era instruir en la religión y formar buenos ciudadanos. Pronto tuvieron ya cien alumnos. Tenían que conseguir profesores y edificio, porque los gobiernos no costeaban nada de eso. Pronto fueron llegando nuevos colaboradores y los alumnos fueron ya setecientos. Más tarde eran ya mil los jóvenes que estudiaban en las escuelas dirigidas por José y su amigos.

En sus ratos libres se dedicaban a socorrer enfermos y necesitados, especialmente cuando llegaban la peste o las inundaciones. Con su amigo San Camilo eran incansables en ayudar.

A sus institutos educativos les puso por nombre "Escuelas Pías" y los padres que acompañaban al padre Calasanz se llamaron Escolapios. Después de un par de años ya había "Escuelas Pías" en muchos sitios de Italia y en muchos países. Ahora los padres Escolapios tienen 205 casas en el mundo, dedicadas a la educación, con 1630 religiosos. Son estimadísimos como educadores.

La persecución. Recibió el padre Calasanz como colaborador a un hombre ambicioso y lleno de envidia, el cual se propuso hacerle la guerra y quitarle el cargo de Superior General. Por las calumnias de este hombre y de varios más, nuestro santo fue llevado a los tribunales y solamente la intervención de un cardenal obtuvo que no lo echaran a la cárcel. Él repetía: "Me acusan de cosas que no he hecho, pero yo dejo a Dios mi defensa". El envidioso logró a base de calumnias que a San José Calasanz le quitaran el cargo de Superior General, y después las acusaciones mentirosas llegaron a tal punto que la Santa Sede determinó acabar con la congregación que el santo había fundado. San José al escuchar tan triste noticia, repitió las palabras del Santo Job: "Dios me lo dio, Dios me lo quitó, bendito sea Dios".

Afortunadamente, después se supo la verdad y al Fundador le fueron restituidos sus cargos y la Comunidad volvió a ser aprobada y ahora está extendida por todo el mundo.

El 25 de agosto del año 1648, a la edad de 92 años pasó este gran apóstol a la eternidad, a recibir el premio de sus grandes obras apostólicas y de sus muchísimos sufrimientos.

sábado, 13 de agosto de 2011

DÍAS EN LA DIÓCESIS. JORNADA MUNDIAL DE LA JUVENTUD (JMJ)

Durante estos días previos a la peregrinación de multitud de jóvenes de todos los rincones del mundo a Madrid con motivo de la JMJ de Madrid, jóvenes de los más diversos países disfrutan de las más variadas actividades en nuestra diócesis. Son unos días que están sirviendo también a los jóvenes de Albacete a calentar motores de cara a la multitudinaria cita de Madrid.

Los peregrinos venidos de países como Nigeria, Zimbabwe, Chipre, Italia, Timor Oriental, Perú, Gabón, Honduras..., están alojados en Albacete, Villarrobledo, Peñas de San Pedro y La Roda.

En este enlace podemos encontrar un vídeo en el que se muestra el ambiente que reinaba en la acogida de los voluntarios albaceteños a buen número de estos peregrinos:

http://dai.ly/orxxu9

lunes, 1 de agosto de 2011

Jóvenes JMJ

Los jóvenes no paran de prepararse para el encuentro con el Papa en la JMJ de Madrid, y una prueba de sus ganas y de su creatividad es este vídeo que os dejamos. Son un grupo de jóvenes misioneros de la Esperanza. Esperamos que os guste.


viernes, 15 de julio de 2011

Estamos deseando encontrarnos en la JMJ

Este video, que muchos conoceréis ya, nos ha puesto impacientes por coger el autobús e ir para Madrid!!!!! Esperamos que os guste....

martes, 5 de julio de 2011

Llamados a dar la VIDA

Hay un dicho popular que reza así: nunca es tarde si la dicha es buena. Esta idea siempre la aplicamos cuando una persona cae en la cuenta de que debe rectificar su vida o que después de un periodo más o menos largo de su vida es capaz de realizar y poner en práctica algún proyecto que tenía previsto desde hace tiempo. Esta es quizás la tarea de toda una vida para los que estamos embarcados en la apasionante aventura de nuestra conversión personal. Nos sabemos metidos en un camino de santificación, que no es otra cosa que hacer realidad el deseo que expresó san Pablo en su carta a los corintios: “vivo yo, pero no soy yo, es Cristo quien vive en mi”. Sin embargo, también podemos decir que nunca es pronto para poder dar la vida, pues en la niñez o en la madurez, Cristo nos llama y nos dice que “no hay más amor que el que da la vida por sus amigos…..vosotros sois mis amigos….si hacéis los que yo os mando.” Pues esta es la vida de nuestro seminarista, Victoriano, en proceso de beatificación; es estimulo para aquellos que en camino de formación sienten la llamada a darse en la vocación sacerdotal, y desde su cercanía a Dios, pedimos por todos los seminaristas, en especial por los de nuestra diócesis de Albacete.

Victoriano Ballesteros Ballesteros, Seminarista

Nació en Villarrobledo (Albacete) en el año 1912. Era el Hijo mayor de los tres hermanos que tuvieron en su matrimonio José María y Francisca. Su padre trabajaba para unos señores en el campo. Luego se hicieron con un pequeño trozo de tierra y la trabajaban ellos mismos. La familia heredó la casa en la que vivían y una pequeña parcela de viñedo. Marchó al Seminario Menor de Santo Tomás de Villanueva de Toledo en 1927.

En vacaciones ayudaba a su padre en el campo y al sacerdote en la Iglesia. Era buen estudiante y tenía beca todos los años. El curso de 1935-1936, por problemas de salud, lo pasó en su casa.

Cuando estalló la guerra se marchó para refugiarse a Casas de Fernando Alonso, donde tenía familia, pero alguien le vio marchar y lo pudieron encontrar.

Un primo hermano del padre de Victoriano fue el que le mató. Dijo que ese trofeo tenía que ser para él. Cuando vio entrar a su primo se alegró y dijo : - ¡Ay, Lolo que vienes a salvarme ! El pariente le dijo, - Vamos, que te vamos a encontrar una novia. Pero en el cruce de San Clemente con Villarrobledo (Albacete) lo mató.

Era el 15 de agosto de 1936. Después de muerto le colgaron de un pino. Los hortelanos dijeron a la familia que estaba en la carretera, pero cuando lo recogieron ya estaba en el depósito. Primero lo enterraron en San Clemente. Al terminar la guerra lo llevaron a Villarrobledo (Albacete)

sábado, 2 de julio de 2011

CORAZÓN DE MARÍA


¡Virgen Inmaculada, concebida sin pecado! Los movimientos de tu Sagrado Corazón fueron siempre dirigidos a Dios y obedientes a su divina voluntad.

Obténme la gracia de odiar el pecado con todo mi corazón y aprender de ti a vivir en perfecta conformidad con la voluntad de Dios.


¡María! Admiro la profunda humildad que turbó tu purísimo Corazón al anunciarte el ángel Gabriel que eras la escogida para ser la Madre del Hijo del Altísimo. No te consideraste más que humilde esclava de Dios.

Te suplico me concedas la gracia de un corazón contrito y humillado para que reconozca mi bajeza y alcance la gloria prometida a los verdaderos humildes de corazón.


Santísima Virgen! Guardaste en tu Corazón el precioso tesoro de las palabras de Jesús, tu Hijo, y, meditando los sublimes misterios que contienen, viviste únicamente para Dios. ¡Me avergüenza la frialdad de mi corazón!

Querida Madre, obténme la gracia de meditar siempre en la santa Ley de Dios y procurar seguir su ejemplo practicando con fervor todas las virtudes cristianas.

¡Gloriosa Reina de los Mártires! Durante la pasión de tu Hijo traspasó cruelmente tu Corazón la espada que te había anunciado el santo anciano Simeón. Obténme un corazón magnánimo y de santa paciencia para sobrellevar los sufrimientos, pruebas y dificultades de esta vida.

Que yo me porte como verdadero hijo tuyo crucificando la carne y todos sus deseos con la mortificación de la Cruz.


¡María, Rosa mística! Tu amable Corazón ardiendo con vivo fuego de amor nos adoptó por hijos suyos al pie de la Cruz y por eso eres nuestra más tierna Madre.

Hazme sentir la dulzura de tu maternal Corazón y el poder de tu intercesión ante Jesús en todos los peligros que encuentre durante la vida, en particular en la hora temida de la muerte.


Que mi corazón esté siempre unido al tuyo y ame a Jesús ahora y por siempre.


Amén.