miércoles, 5 de diciembre de 2012

Estamos en Adviento

Es un cuadro realmente precioso... Y nos sirve para reflexionar sobre lo hermoso que es Reconciliarse. Fíjate en los detalles... la ropa nueva, el perrito que se alegra del reencuentro, el ternero cebado... El Adviento también sirve para esto. Reconcíliate en el Sacramento del Perdón.

viernes, 23 de noviembre de 2012

Vigilia de Oración por las vocaciones

 El viernes que viene volvemos a tener la Vigilia de Oración por las Vocaciones a las 21 horas en la Catedral.  Empieza a correr la voz... Y después nos vamos a cenar. Es una forma de vivir como los primeros cristianos que después del Encuentro con Jesucristo en la Eucaristía, se encontraban compartiendo la vida. La  cena será en los salones de la parroquia de San Juan. En el correo grupo_samuel@hotmail.es o comentando esta entrada, podemos poner lo que vayamos a aportar para no llevar todos el mismo postre...

miércoles, 31 de octubre de 2012

26 de Octubre

Ya hemos comenzado el nuevo curso con las Vigilias de Oración por las Vocaciones. Nos juntamos unas 50 personas para pedir al Dueño de la Mies que nos muestre lo que quiere de cada uno de nosotros. Laicos jóvenes y mayores, sacerdotes, religiosas, llenamos el Coro de la Catedral para estar con Jesús Sacramentado.


La próxima el 30 de noviembre... 

miércoles, 17 de octubre de 2012

CALENDARIO DE VIGILIAS DE ORACIÓN POR LAS VOCACIONES

 
Este es el calendario de Vigilias de Oración por las vocaciones que tendremos este curso. Un auténtico momento de encuentro. Anímate y anima a otros a participar.

domingo, 7 de octubre de 2012

DOCTOR DE LA IGLESIA

En la Proclamación de San Juan de Ávila, renovamos nuestra oración por los Sacerdotes de nuestra Diócesis y por nuestros Seminaristas... para que sean santos y lo transmitan a los demás. Nuestro Seminario Diocesano, con sus pasillos ahora en silencio, tiene como titular a este nuevo Doctor de la Iglesia. Vamos a pedirle este Domingo que se rompa el silencio en esos pasillos para que se pronuncie la Palabra de Dios.

viernes, 5 de octubre de 2012

 

Estamos teniendo algún problema con la edición de entradas.
Dispculpad las molestias.

miércoles, 19 de septiembre de 2012

jueves, 13 de septiembre de 2012

San Juan de Ávila, Doctor de la Iglesia

¿Qué hacía una chica como yo en la JMJ?


Fui a la JMJ de Sydney 2008 sin fe y volví con una invitación del Señor: “Véndelo todo y sígueme”. ¿Qué hacía una chica como yo en la JMJ? Solo unos meses antes había conocido la Iglesia, el único lugar donde se me dijo: “No te conformes, existe lo que buscas, ¿por qué no lo intentas?”


Aunque deseaba un amor limpio, verdadero y puro, trataba de conformarme con un placer sucio, momentáneo y barato. Me empeñaba en alcanzar la felicidad por un camino que solo me proporcionaba una diversión fugaz. Y la libertad… ¿acaso se podía ser libre en una sociedad que me dictaba cómo vestirme, dónde comprar, a qué lugares ir y qué debía consumir? ¿Quizás fuese solo un sueño de niña? Sueños muy grandes para una realidad tan pequeña. Siempre, al final, me veía frente al vacío, el sinsentido, la frustración. ¿Por qué? ¿No tenía todo lo que podía desear: dinero, novio, la satisfacción de un trabajo como el de enfermera que tanto me gustaba, una familia preciosa…? Sin embargo me faltaban las ganas de vivir.

Algo cambió en aquel encuentro de la JMJ. Yo, una joven española, en la otra punta del mundo encontré lo que hacía tiempo buscaba: jóvenes cristianos que se divertían sanamente, miradas limpias de chicos, una amistad que no pretendía poseerte, jóvenes que “pasaban” de las etiquetas con las que algunos pretendían desacreditarlos, jóvenes convencidos de que solo Cristo daba respuestas verdaderas a la vida. E inmediatamente se me presentó un fantasma: ¿No será una experiencia pasajera, fugaz, sin duda más agradable y bella que otras, pero que se desvanecerá cuando concluyan estos días de encuentro?

No sé cómo ocurrió, pero fui a la capilla y creí. Me arrodillé y pregunté: “Señor, ¿qué quieres de mí?”. Una hora después tenía la respuesta en mi mano. Una misionera de la caridad me regaló un papel con una frase que decía: “Sé solamente de Jesús a través de María”. Una pregunta me asaltó: ¿Yo, en la vida religiosa? Mil dudas inundaron mi cabeza, pero en mi corazón ya reposaba la certeza de que Él era a quien yo estaba buscando, solo Él daba respuesta a mis interrogantes más hondos. Me dije: “Sí, Señor, te entrego mi vida pero en las misiones”. Sin embargo, con Dios, como decía la Madre Teresa, no hay ‘peros’ que valgan. Desde luego mis caminos no eran los suyos: yo pensaba ser del Señor sin dejar la enfermería, pero Él me mostró que mi misión era otra… aunque más tarde descubrí que su designio para mí resultó ser lo que más deseaba.

Un día antes de salir de Australia, frente a nuestro hotel un hombre se tiró desde lo alto de un edificio, y una reflexión espontánea se apoderó de mi corazón: “A donde tú quieres llegar no llega la enfermería, sino la oración”. Yo, que trabajaba en oncología infantil, había experimentado de cerca que para encontrar el sentido de la enfermedad, del dolor, del sufrimiento, de la muerte no existe ninguna medicación. Conocí mujeres que sufrían angustiadas ante una gripe de sus hijos y también madres creyentes que afrontaban en oración, con fortaleza y ánimo el cáncer de sus bebés… A mí misma ¿no me salvó la oración? Dije: “Señor, de verdad, haz con mi vida lo que quieras”.

Tres meses después ingresé en el Instituto Iesu Communio, recientemente aprobado por el Santo Padre. En esta última Jornada de la Juventud, celebrada en Madrid, se me concedió el regalo de saludar como religiosa al Santo Padre, y echarme a sus pies en representación de mi comunidad, Iesu Communio, que quiere permanecer siempre postrada, fiel y obediente a la Madre Iglesia. Una mirada, un saludo, un gesto del Santo Padre puede cambiar la vida entera. Hoy puedo decir, como el joven rico, que a mí Cristo en su Iglesia me ha mirado con amor.
Llena de alegría en este camino de seguimiento a Jesucristo, quisiera concluir agradeciendo al Santo Padre su testimonio y enseñanza: “Cristo no quita nada, absolutamente nada, de lo que hace la vida libre, bella y grande”.
Gracias, Jesucristo; gracias, Madre Iglesia.

Testimonio de una Hna de Iesu Communio con motivo del aniversario de la JMJ. Publicado por “La Razón” Agosto de 2012